El pasado 25 de mayo de 2018 entró en vigor el nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), al cual debían acogerse las empresas, organizaciones, organismos e instituciones, para promover la protección de los datos personales de las personas físicas.
Un RGPD que entre otras cosas, endurece enormemente las sanciones por su incumplimiento. Y es que si la antigua Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) manejaba unas sanciones de hasta 600.000 euros para los casos más graves, con la llegada del RGPD una empresa puede sufrir una sanción de hasta 20 millones de euros, o del 4% de su facturación anual.